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s evidente que el modelo tipo años 20-60 donde el fumador era un tipo con éxito o una dama seductora ha pasado ha ser un sucio, yonki, “que prefiere fumar a comer, que conoce los problemas que acarrea el tabaquismo pero a pesar de ello decide seguir fumando, si tuviese él que pagar lo que gasta en sanidad...” comentarios como estos hacen que mantener el hábito tabáquico no sea barato, ni bien visto y además nada glamuroso.
Hay mucha información sobre lo perjudicial que es el tabaco, muchos programas de deshabituación, de diferente índole y con más o menos éxitos. A pesar de todo ello se sigue fumando y mucho en nuestro entorno. Y eso que las autoridades advierten de todo...se sigue vendiendo, y me 
parece genial pues muchas familias viven de la siembra y recolección del tabaco, pero y por qué siguen añadiendo sustancias, las autoridades sanitarias lo permiten...por qué se sigue aliñando tal cual ensalada mixta con ingredientes malignos unos cuantos conocidos y otros que ni nombre tienen.
Y sabemos las enfermedades que directa e indirectamente se relacionan con el tabaco, 
pero seguimos fumando.
Y entre las personas que mantienen el hábito hay muchos profesionales de la salud... Si ellos fuman , no será tan malo... debemos ser modelos hasta en casa.. ¿Y las políticas y programas de prevención están siendo adecuadas?.
En este post voy a pedir opiniones, que sean personales sobre el tabaco, me gustaría que nos sirviese para reflexionar, sobre este hábito, por qué se mantiene, por qué se conserva, que lleva a cada uno a continuar con él... ¿estamos los profesionales ayudando en la prevención?, ¿en la conservación?, ¿tenemos en cuanta a la persona?,¿que otras vías podríamos abrir para ayudar a las personas a dejarlo y los más prioritario a no iniciarlo?.
Iré colgando las opiniones que recibamos, añado a continuación la opinión de T.S, amiga, que según pensaba sobre esta idea me hizo llegar su opinión.
¿Por qué fumo?
Como dice T. S. Mujer 55 años. “Bueno...yo te hablaré de mi caso. Hace...no sé.. creo que empecé a fumar cuando era adolescente. ¡Esporádicamente claro!, en la época que crié a mis hijas el tabaco desapareció de mi vida. Años después lo retomé, y..., no sabes de que manera, ¡fumaba a todas horas! ¡no puedo precisar ni cuantos cigarrillos, uno detrás de otro!, fue una etapa de mi vida de muchos cambios.
El tabaco siempre me ha proporcionado placer, y como todos los placeres, aunque sean “tóxicos”, nunca mejor dicho, cuesta dejarlos. Mi dependencia del tabaco es física, quiero decir que, puedo dejarlo durante días incluso meses y volver al gusto de fumar un cigarrillo. Y continuará... es que tengo que ir a preparar la comida”.
